Ojalá fuera una de esas noches en las que mi mente no para de pensar y la inspiración no cesa. Pero por desgracia sigo en este desolado lugar. Con mi única compañía... La soledad. Oh, pero nos preocupéis, estoy mejor con ella que sin ti.
El silencio también me hacía compañía, y me permitió recordar aquello que tanto me había esforzado en olvidar. Aquel verano en las playas del sur. Aquellas idílicas playas donde el mar fue testigo todo aquel tiempo que malgasté junto a ti. Nos quisimos tanto y de la misma manera, hasta el punto de acabar siendo dos extraños. Yo para ti y tú para mi. Quizás sea ese uno de los motivos por los que me guste tanto el gélido invierno. Aun que mi cuerpo me dice que es invierno desde que se fue el calor de tus abrazos.
Nunca hubo ni habrá, nada como aquel verano en aquella playa. Lo sé. Lo sabes. Lo sabemos.
¿Pero por qué nunca será suficiente esta tortura? Sencillamente porque las personas no podemos ser felices durante mucho tiempo. No nos gusta la infelicidad, pero somos lo bastante negativos como para amargarnos la existencia.
Bueno, no sé ni siquiera como he podido llegar a esto después de tantos años sin verte(sin vernos). Solo te quería decir que no te he olvidado, y que creo que he dejado las huellas suficientes en el camino para cuando decidas regresar o mires al pasado, veas que gran parte de los momentos felices que han pasado, fueron a mi lado.
Me despido escribiéndote esta carta que nunca llegará a ti. Buenas noches amor. Te...
Todavía siguen siendo demasiadas las noches en las que me repito "Hasta nunca."
Aun que nunca sea mucho tiempo, no es el suficiente.
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